Una siesta [Libre]

Entré al bosque pensando en darme una vuelta y poder despejarme la cabeza. Miraba a aquellos árboles tan oscuros y altos, aquel silencio que te inundaba, la brisa que corría despacio y la niebla que parecía que te abrazaba.
Nunca había entrado tan dentro del bosque ya que no sabía lo que podía encontrar, si iba con otra persona ya era otra historia, me daba fuerzas. Salí de la sala común despues de hacer las tareas de Historia de la Magia, una redacción de dos pergaminos, ¿en qué estaría pensando el profesor? Bueno, rápidamente lo hice, ni comí ya que ni tenía hambre suficiente.

Vi a una chica tumbada relajadamente con los ojos cerrados, respiraba muy despacio por lo que seguramente estaría dormida. Sonreí. Era Portia, una chica muy agradable de Slytherin, cosa extraña ya que los de Slytherin tienen fama de orgullosos y no se quieren juntar con otras "clases sociales".

Me acerqué a ella y me senté justo a su lado, no quería despertarla, asique saqué una libro y me dispuse a leer, ya se despertaría.

Aquella chica se despertó, seguramente por mi culpa, estaría haciendo demasiado ruido. Cerré el libro y lo dejé en el suelo mientras la sonreía.
La niebla nos iba envolviendo más y más.

-Para nada molestas, en tal caso yo. Me llamo Luna Hale. Y el libro....-dije mirándolo mientras estaba en el suelo sobre un poco de hierba blanda-está bien, es la típica historia de amor de bruja conoce vampiro y se enamoran, vamos, historias demasiado bonitas para ser ciertas...-dije mientras me reía con ella.

Sabía su nombre ya que era un tema de conversación en el colegio, la alumna nueva venida de otro colegio. Muchos chismorreaban de como sería al ser elegida para la casa Slytherin, pero yo no les escuchaba. Solo sabían decir cosas malas de la gente de esa casa, claro que la mayoría eran testarudos y orgullosos, pero aquella chica tenía una mirada muy bonita como para ser una niña mala.

-Seguro que tu eres la alumna nueva. ¿Cómo es que te cambiaste de colegio? Si no es molestia...

La escuché atentamente, no era una Slytherin normal y corriente, esta chica emitía muy buenas vibraciones, era de fácil trato y buena comunicación.
Me senté un poco más erguida y puesta a su dirección cruzando las piernas a lo indio mientras me tapaba con la falda para que no se viera nada de nada.

-Te explico mas o menos. Sabes que hay cuatro casas en este colegio, pues la única que salta es Slytherin que se llevan mal con las otras tres y en especial con nosotros, los Gryffindor. Mis amigos son los mejores de este colegio, por suerte me he rodeado de gente muy parecida a mi, si quieres te los presento por la cosa que eres nueva y se pasa mal-dije. Me llevé una mano a pelo, quería hablarle de Snape y toda esa panda de Slytherin, pero tampoco quería ponerme a criticar sobre ellos, tampoco era así. Decidí una manera un poco más sutil de explicarselo.

-Hay un grupo de amigos, bueno, son cuatro y entre ellos son los mejores amigos, son de Gryffindor y les hacen cada dos por tres bromas a un Slytherin que al parecer es mas tonto que un trol, vamos, si yo puedo tambien me apunto. Es que este muchacho en particula se mete con todo alumno y sobre todo si no es, como el dice, sangre pura. Yo es que soy mestiza, de ahí los problemas. Pero vamos, eso no significa que contigo se vaya a llevar mal, todo lo contrario.

-En el concepto de clases, pues nada, como todos los colegios, estudiar y estudiar y las tareas que nos mandan que son como para tres mil años, pero por lo demás todo está muy bien. Por cierto, cada casa tiene su propio fantasma, ya conocerás al tuyo, impone respeto-dije pensando en toda la charla que le había soltado, bueno, espero no haberla aburrido.

Era muy extraño que una alumna recibiera más tarde la carta que nadie, porque aparentaba la misma edad que yo, preguntaría por ahí el porqué algo tan extraño... La miré con una sonrisa.