Justo antes del anochecer

Entré en la lechucería con cuidado, no sea que me resbalara con la nieve y el hielo producido del frio intenso y sobre todo por las noches. Iba bien abrigada con la túnica y la capa y me puse los guantes de mi casa. Llevaba una carta en contestación a la de mi hermana Nora que me contaba que me echaba de menos. Yo tambien la echaba tanto de menos... El año que viene entraría ella aquí a Hogwarts, me daba mucha ilusión verla entrar en el Gran Comedor y verla con el Sombrero Seleccionador para asiganarla a una casa.
Subí el último escalón y como no, me resbalé justo al entrar y fui a chocarme con una chica que estaba allí.

-Perdón-dije apresuradamente mientras me ponía derecha y la miraba-Esque el hielo y la nieve, y yo que soy un poco torpe-dije sonriéndola.

La vi que dos lágrimas corrían por la cara y entonces la sonrisa se me borró de la cara, me acerqué mas a ella.

-Amanda, ¿te pasa algo? Si te puedo ayudar...

Ví como se quitaba dos lágrimas que finamente habían caído por sus mejillas. Me dio pena que estuviera tan mal como para llorar. Caminé junto a ella hacia la paja y llamé cariñosamente a una lechuza a que bajara. Estiré el brazo y una lechuza parda de ojos dorados bajó y se posó en él. La acaricié y la di un trozo de pan y ella me peñizcó cariñosamente.

-Vine para enviar una carta a mi familia y en especial a mi hermana. El año que viene a ella le toca venir ya-dije muy contenta-Claro que le tienen que enviar la carta, pero vamos, poderes tiene. Pero no se por qué, antes de volver aquí al colegio, me dijo que no estaba segura de venir aquí, que no se creía que tuviera poder suficiente, y me preocupo por ella. Seguro que como es pequeña, pues tiene nervios, eso espero.

Despues de decir esto miré a Amanda y la dediqué una sonrisa, era una chica maravillosa, en todos mis años en Hogwarts siempre podía contar con ella para todo, hablar, estudiar... Me sentía muy cómoda con ella y esperaba que nuestra relación de amistad fuera lo suficiente fuerte para cuando terminaramos el séptimo curso.

-¿Tú tambien envías una carta?

Me sente tratando de ponerme lo mas comoda posible mientras escuchaba a Luna. Afuera ya comenzaba a ponerse oscuro y pronte tendriamos que regresar al castillo pero mi condenada lechuza seguia sin aparecer por ningun lado. Yo ya me habia tranquilizado casi del todo, me disgustaba mucho el que otras personas me vieran llorar, a pesar de toda la confianza que le tenia a Luna, aun seguia sintiendo avergonzada cuando eso pasaba.

- Los nervios se le pasaran, ya veras - parecia que yo no era la unica que extrañaba a su familia - estoy segura que todo ira bien y en cuanto entre le va a encantar el colegio - dije mostrandole una amplia sonrisa - no tienes porque preocuparte, tu tranquila. Pero si llega a entrar a Huffelpuff, yo que tu si me preocuparia - la voltee a ver directamente a los ojos y puse una cara muy seria, o al menos la mas seria que pude sin soltarme a reir - porque no la voy a dejar sola ni un momento - bromee - aunque creo que despues de una semana no va a querer volver a verme - me rei, me gustaba mucho hablar con Luna, asi dijera mil y un tonterias, lo que es muy comun en mi, nunca se tomaba mal mis bromas e incluso a veces se reia, lo que me hacia a mi muy feliz. Cuando deje de reirme le conteste.

- Sip, yo tambien estoy "intentando" mandar una carta a mi tia, pero mi lechuza no aparece y no creo que sea buena idea mandarsela con una de las del colegio - mi tía a veces podia llegar a ser una persona un poco paranoica - Una vez lo hize y me arrepiento totalmente de eso. Vino hasta aca para ver si me habia pasado algo, porque segun ella, si no le envio yo las cartas con mi lechuza es que algo malo me paso - aquel pensamiento me hizo sonreir, mi tia siempre tan sobreprotectora conmigo - de cualquier forma, hora tengo que esperar a que aparezca para mandarle la carta - Desvie la mirada hacia el techo para ver si por casualidad ya habia llegado mi lechuza. Nada. Senti mi estomago gruñir. Habia olvidado por completo que me habia perdido la cena. Que hambre, lo bueno es que aun no me terminaba la paleta, al menos eso haria que se me calmara un poco, ya tendria tiempo de bajar a la cocina y robar un poco de comida.

- ¿Que tal estuvo la cena? - esa pregunta salio de la nada, que mal tema de conversacion se me habia ocurrido. La mire divertida con la esperanza de que no notara lo tonto que habia sonado aquello.

La miré divertida. Me encantaba esta chica, podía hablar con ella de cualquier cosa, lo mismo empezabamos hablando de familiares, como lechuzas, como la cena. Me agradaba mucho.
Me acerqué a ella aún con la lechuza en mi brazo mientras que la acariciaba. Un par de ellas entraron a toda prisa para posarse en los palos de la lechucería y así descansar.
Rápidamente coloqué mi carta en su pico y levanté el brazo; la lechuza extendió las alas y emprendió su viaje.

-La cena como siempre-solté una risita-Que si tartas por aquí, carne por allá, los chicos de mi casa haciendo el tonto... Pero vamos, como todas las veces. ¿Como que tu no bajaste?

Miré a Amanda con los ojos muy abiertos.

-¿Qué te gustaría ser cuando acabaras Hogwarts? Teniendo en cuenta que tan solo nos queda este año y el siguente. A mi me gustaría ser Auror, pero antes salir de viaje y conocer mundo, conocer otras magias, como la utilizan y eso. Seguro que pensaras que es una tontería, una cosa de niñas-dije mientras la sonreía sinceramente.

Acababan de entrar un par de lechuzas... entre ellas la mía. Ya se había tardado. Me pare y me dirigí hacia ella con intento de mirada amenazadora. Ya la regañaría después. Era una linda lechuza, café con manchas un poco más oscuras en su pecho y la cabeza. Me recordaba tanto a mi tía, no porque la lechuza se pareciera a ella, no, sino porque ella me la había regalado. Estiré el brazo y la acaricié levemente, tomé una de sus patas, até la carta y la llevé a la ventana.

- Mmmm... no. Alcanzé la cena - dije sacando un poco la lengua mientras me giraba un poco para verla - recibí la carta de mi tía a la hora del desayuno pero no pude concentrarme para escribirle una contestación decente hasta que terminaron las clases. Podría decirse que muero de hambre - concluí divertida, me giré de nuevo hacia la ventana y dejé ir a mi lechuza. Ojalá mí tía pueda responder pronto.

Cada vez estaba más oscuro, el sol ya prácticamente había desaparecido y muy pronto estaríamos a oscuras. Con lo que detesto la oscuridad. Me quedé viendo el cielo nocturno un rato, las estrellas se podían apreciar muy claramente. Me volví hacia Luna y regresé a sentarme en el montón de paja.

- La verdad no lo había pensado. Vaya. Que rápido pasa el tiempo - comenzé a reirme - no me había dado cuenta de que ya casi salimos - y era verdad, ahora que lo pensaba nunca me había preguntado que sería de mi futuro - Me gustaría trabajar en algo que no tenga que ver con el Ministerio, no me llama la atención. Aunque podría estudiar para ser Auror y trabajar por mi cuenta, no suena mal ¿Sabes? a mi también me encantaría viajar saliendo del Colegio. No creo que sea una idea tonta, de hecho, suena bastante interesante - mi estómago volvió a rugir. O al menos eso me pareció. - Ahora... cuentame... ¿algun enamorado ultimamente? - me vino un pequeño ataque de risa involuntario. No se de donde me vienen temas de conversación tan... tan... ¿brillantes?