Aprovechando la hora libre

Entre en la biblioteca con la mochila a la espalda, no pesaba demasiado pues me habia encargado espresamente de traer unicamente los libros qe necesitaba, sin reparar en aquellos en los que ni siqiera fijaria la vista.
La biblioteca estaba considerablemente vacia por las horas que eran, a esas horas los alumnos aprovechaban para ver los entrenamientos del dichoso Quiditch.
Entre, salude al conserje y me sente en la mesa mas alejada que habia.
Saqe los libros sobre la mesa de Estudios Muggles (la asignatura qe mejor controlaba, evidentemente) y de Historia de la Magia, mi segunda preferencia.
Aproveche para echar una rapida ojeada al lugar, afortunadamente no habia ningun Slytherin cerca del que aguantar bromas pesadas e insultos respecto a mi condicion sanguinea, o al menos de momento.
Abri el libro por la pagina 83 y empece a leer la leccion de enfermedades leves muggle.

La gripe era algo demasiado comun para las excentricidades que le daba aquel libro. Suspire y pase a 'como tratar una gripe mediante medicamentos muggle'. Lo cierto es que no era nada interesante leer aquello, pues ya lo sabia de hacia tiempo y ni siquiera me hacia falta estudiarlo, pero tenia que hacer algo. Cualquier cosa era mejor antes que estar con todos esos alocados alumnos viendo el Quidditch. Lo cierto era que influia demasiado en mi rechazo al deporte mi miedo a las escobas voladoras.

Oi la voz de una chica y levante la cabeza. Alli estaba la pelirroja prefecta de Griffindor. Habia tenido el placer de cruzarme con ella en los pasillos de clase en clase. Siempre la encontraba regañando a los chicos por las disputas entre los alumnos de su casa y los de Slytherin. ¡Dichosos Slytherin!

- Por supuesto - dije retirando mis libros para que pudiese sentarse, mostrandole una leve sonrisa.

Me agrado que me hablase, puesto que ya me estaba aburriendo de estudiar. Fingi leer el libro mientras miraba de reojo lo que la chica hacia. Al parecer tenia que estudiar Encantamientos, una asignatura que yo llevaba francamente justa... deberia emplear mas tiempo en estudiar Encantamientos que a estudiar EE.MM.
Mire por el ventanal y si a unos cuantos alumnos agolpados en el patio, mas les valia que no fuese una pelea.
Volvi la mirada a mi compañera de mesa y observe que mantenia una pequeña lucha con el tintero.

- ¿Me permites? - pregunte educadamente.

Lo abri y se lo tendi.

- Personalmente, odio la sopa - dije con una sonrisa.

Observé como apartaba el tintero lejos de los pergaminos, al parecer tenia experiencia en volcar el tintero sobre los libros.
Sonrei levemente ante el pensamiento de que aquella graciosa pelirroja fuese una torpe.

- No es nada - dije cuando me agradeció que le abriese el tintero.

Escuché con los brazos cruzados sobre la mesa su opinión sobre la sopa y sonrei cuando me confesó su curiosa debilidad. Aquella chica era simpática, al parecer era algo alocada y confiada ante los extraños. Me gustaba la gente habladora, sobre todo porque yo apenas daba conversación.

Cuando hizo la pregunta sobre el Quidditch negué levemente con la cabeza.
Aproveché a mirar por la ventana y vi como entrenaban slytherin y hufflepuff en el campo de Quidditch.

- Para nada - dije ante su último comentario - me agrada que me den conversación.

Sonrei a la alegre pelirroja y miré su libro de Encantamientos.

- ¿Qué tal llevas el estudio? - pregunté.

- Exactamente, soy hijo de muggles - contesté sin inmutarme siquiera a su pregunta. Lo único que esperaba era que aquella chica no tuviese ningun problema contra los 'sangre sucia' pues bastante tenía ya con los graciosos de Slytherin. No obstante, aquella chica era Griffindor, y no eran exclusores, lo cual me aclaró un tanto los pensamientos.
Los deportes mágicos no eran para nada mi fuerte.
- Me encantan el fútbol y el baseball - dije, seguro de que ella sería una gran seguidora del Quidditch y no entendería mi rechazo hacia aquel mágicamente popular deporte.

Bajé la mirada hacia mi libro y me encogi de hombros ante su pregunta.
- Lo cierto esque lo miro por mirar - admiti - ser hijo de muggles tiene sus ventajas.
Sonrei amablemente y cerré el libro, apilándolo sobre los demás, apartados en una esquina de la mesa.
- Me decanto por Historia de la magia - comenté - siempre me ha encantado la Historia, también la muggle.

Cuando pregunto si tenia hermanos negó con la cabeza. Sus padres, por dificultades economicas, no se pudieron permitir tener otra boca a la que alimentar. Josh siempre quiso tener un hermano, o quizas una hermana. Echo de menos un compañero de juegos en su vida, pero no le quedó más remedio que resignarse.
- No, soy hijo unico - dijo intentando esconder una pequeña nota de resignacion en la voz.

Los deportes eran algo que a Josh le fascinaban, aunque obviamente siempre y cuando se tratase de deportes muggle. De pequeño, y antes de llegar a Hogwarts, Josh estaba en el equipo de Baseball Junior Irlandés, era un buen bateador, aunque como Pitcher era bastante normalito.
- Baseball, siempre he adorado jugarlo - respondio con una sonrisa de melancolia en los labios.

El joven sangre sucia siempre recordaba la forma en que sus compañeros de casa miraban sus objetos muggle. Algunos mostraban verdadero interes en ellos, otros los tachaban de mediocres y primitivos. Estaba totalmente de acuerdo con la pelirroja, por lo que se limito a asentir ante su comentario sobre tales objetos.

- Claro, podemos quedar para estudiar juntos - dijo sonriente.
Lo cierto era que al chico le agradaba compartir momentos, aunque se tratase de estudio, con otros alumnos del colegio. Susan siempre que podia estaba con él, pero tenía más amigas y Josh se quedaba en un segundo plano, pero eso era algo a lo que Turner se habia acostumbrado.
- ¿Qué asignatura se te da peor? - pregunto el joven, interesado.